La revolución del vino de Garachico (Tenerife)

Uno de los acontecimientos históricos que desencadenó la Guerra de Independencia de Estados Unidos en 1775 fue el denominado motín del té. Ante la imposición de nuevos impuestos cada vez más restrictiva por parte de la metrópoli y la imposibilidad de vender este producto frente a la todopoderosa Compañía de las Indias Orientales, un grupo de colonos decidió arrojar el cargamento de uno de sus buques en la bahía de Boston. Curiosamente, este hecho tuvo un precedente en el puerto de Garachico (Tenerife) con una bebida aún más valiosa: el vino.

Garachico en la actualidad

En el siglo XVII y ante la llegada de productos competidores desde las colonias americanas, se potenció la producción de vino de malvasía en las Islas Canarias, muy apreciado en los mercados europeos. Inglaterra se convirtió en el principal consumidor de esta variedad de vino hasta el punto en que su precio se duplicó en apenas unas décadas. Para conseguir precios más asequibles mediante el monopolio, un grupo de comerciantes ingleses logró permiso parlamentario para crear una única compañía comerciante. De esa forma, si conseguían que todo productor canario les vendiese su mercancia, la compañía podría establecer sus propios precios. Con este espíritu se fundó la Compañía de Canarias que obtuvo el beneplácito de Carlos II en 1665 y que tuvo la existencia más corta de entre las compañías de comercio creadas en Europa. Su posición privilegiada no fue bien recibida por las autoridades locales que veían reducido su poder regulador (y su recaudación en aranceles) y los productores locales que se veían obligados a pactar precios reducidos, en muchos casos sin cubrir los costes de elaboración del vino.

En agosto de 1666 comienzan las revueltas contra los ingleses, con amenazas y sabotajes de menor importancia. Finalmente, los viticultores deciden asaltar las bodegas donde los ingleses almacenaban miles de litros de malvasía y los destrozan en el denominado «Gran derrame».  El vino inundó el puerto de Garachico y las calles bajas del pueblo, dando lugar a la célebre expresión del historiador Viera y Clavijo:

«una de las inundaciones más extrañas que se puedan leer en los anales del mundo»

Tras este ataque y la consiguiente represión por parte del Capitán General, la Compañía perdió gran parte de su influencia en el comercio de Garachico, uno de los puertos más importantes de Canarias en aquel momento. Un año después, perdió definitivamente los privilegios de manos del mismo rey que se los había dado lo que marcó a su vez el inicio del declive del comercio de vino canario en Europa. Afortunadamente, este mercado se ha recuperado siglos después.

Puerta de entrada al puerto de Garachico, sepultado por una erupción volcánica en 1706. Actualmente se encuentra por debajo del nivel de las calles colindantes.

Para los agoreros: ¿a qué 11-11-11 te refieres?

Es curioso cómo la coincidencia de varios números en el calendario da lugar a que cualquiera pueda inventarse una teoría sobre la cercanía del fin del mundo. Algunos, incluso relacionan el número con todo tipo de catástrofes: 11000 seísmos en la isla de El Hierro (supongo que llevarán bien la cuenta), el tsunami japonés del 11 de marzo, el terremoto de Lorca del 11 de mayo, el ciclo solar de 11 años (si, estamos en un máximo y qué?)  y otras posibles combinaciones obtenidas al sumar a nuestro antojo las cifras que conforman cualquier fecha nefasta para obtener ese número, el 11. Pero.. ¿qué sentido tiene obsesionarse con una fecha que se repite cada 100 años y que por otra parte no es universal?.

Pobre señorita, una y otra vez destruída

Creer que el 11-11-11 es una fecha especial en la que el mundo se lleve su merecido, dejando a un lado a los mercados financieros, es otra muestra de cómo el «mundo cristiano» se cree el centro del universo. Mientras que nosotros nos hemos vuelto locos con la coincidencia de números (si obviamos las dos primeras cifras del año claro) en otras culturas el pasado viernes no debería haber tenido un significado especial. Por ejemplo, en el calendario hebreo nos encontramos en el año 5772 que tiene su inicio en el origen del mundo el 7 de octubre de 3761 a.C.  mientras que el calendario chino fue elaborado hace casi 5000 años.

Detalle del calendario solar maya

El calendario vigente y más utilizado en este mundo globalizado es el gregoriano. Nacido por la necesidad de ajustar la definición de 365,25 días por año del calendario juliano establecida en el año 46 a.C. (ojo, según nuestro calendario actual 🙂 ). Las festividades cristianas, en especial el día de Pascua, se habían establecido en función del calendario juliano . Algunas restricciones, como la necesidad de que estas fiestas cayeran en domingo, provocaron que en 1582 el sistema se volviera insostenible. Las pequeñas correcciones que se habían realizado al calendario durante siglos no podían reconciliarse con las costumbres cristianas, así que el Papa Gregorio XIII tomó cartas en el asunto.

Se estableció que el año constaba de 365,2422 días pero, para evitarnos quebraderos de cabeza, cada 4 años añadiríamos un día completo más para corregir este pequeño margen de error sin recurrir a fracciones de día. Para ser más precisos, se excluyeron de esta norma los años múltiplos de 100 salvo los divisibles por 400. Pese a esta aparente complejidad técnica nacida de las necesidades religiosas por respetar «el día del Señor» que generalmente ha sido establecido en domingo, este caprichoso sistema ha resultado un éxito a lo largo de sus casi 500 años de vigencia. Aún así, el sistema no es perfecto y cada 3300 años se acumula un error de un día, así que en algún momento alguien tendrá que buscar el momento adecuado para solucionarlo. Pero de momento, no es un problema que nos deba preocupar…

Por tanto, pensar que el 11-11-11 supone una fecha especial desde el punto de vista religioso, espiritual o místico es tan creíble como si  yo les digo que el próximo viernes 25 es un día de suerte porque 2+5=7, mi número de la suerte. Este último 11 de noviembre del 2011 será tan especial como el 11 de noviembre del 2111 (miren, incluso tiene más gracia) o el 11 de noviembre del 1811. Tranquilos, los agoreros tienen como nueva fecha en el horizonte el 12-12-12 a lo que tenemos que añadir el conocido apocalípsis del 2012 del calendario maya y las supuestas alineaciones planetarias que nadie se preocupa en comprobar. A pesar de todo, lo confieso: el día 11-11-11 a las 11:11 de la mañana yo también me sonreí.

Una curiosidad. El día del libro se estableció el día 23 de abril ya que se supone que Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron ese día de 1616.  Lo cierto es que España, como país aplicado en cuanto a doctrina católica se refiere, ya había adoptado el calendario gregoriano mientras que el mundo anglicano aún se resistiría casi dos siglos a hacerlo. De esta forma, el 23 de abril en España e Inglaterra no coincidieron sino que estaban separados en realidad por 10 días de diferencia. El cambio de calendario realizado gradualmente país por país ha generado todo tipo de confusiones y enfrentamientos diplomáticos.

Reloj de precisión chileno para el 11-11-11

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El tiempo es uno de los parámetros más importantes en astronomía. Saber el momento en el que un objeto celeste se encuentra en la posición deseada y saber si es visible en un instante determinado requiere el conocimiento preciso de la hora. En el Observatorio de La Silla, en Chile,  tienen uno de los mejores sistemas 🙂 Gran observatorio.

Esta es mi entrada para las 11:11 del 11-11-11

Caroline Herschel: hermana, ayudante y astrónoma

Que la historia de la ciencia ha dejado por el camino muchísimas  injusticias es algo bien conocido. Desde un premio Nobel que debía ser compartido con sus estudiantes de doctorado,hasta la omisión a conciencia de parte del equipo investigador a favor del que más tarde se colgará la medallita. Pero  uno de los  personajes más destacados y que injustamente ha sido relevado a un segundo plano, en mayor parte por ser mujer,  ha sido Caroline Herschel.

Caroline Herschel

Caroline fue conocida durante décadas únicamente como la hermana de William Herschel, uno de los más destacados astrónomos del siglo XVIII y conocido, entre otros muchos méritos, por descubrir el planeta Urano en 1781 o presentar uno de los primeros modelos del universo. A pesar de que su familia hubiese preferido una vida más discreta para ella debido a su infancia enfermiza (que impidió su desarrollo), Caroline Herschel siguión los pasos de su hermano. Abandonó su ciudad natal Hannover para vivir en Inglaterra  donde desarrolló todo tipo de actividades a menudo en disputa con su cuñada.

Lo que empezó como una afición fue convirtiéndose en una tarea imprescindible para los inicios de la carrera de William: pulido de los espejos, realizaba los cálculos necesarios para realizar las observaciones y, lo que es más importante, el análisis minucioso de los datos obtenidos por su hermano en la noche anterior. !! Qué pena que la figura del ayudante ha desaparecido en este último aspecto!! Incluso sufrió algún que otro accidente durante la operación de los telescopios. Su reconocimiento como ayudante de William llegó de la mano del rey Jorge III que le concedió un sueldo por su labor. Hay que destacar que en su papel de ayudante se incluían también gran parte de las tareas domésticas, incluyendo  el cuidado del hijo de William.

Telescopio construido por los hermanos Herschel en tierras inglesas. El observador se encontraba en la pequeña caseta de madera.

Telescopio William Herschel en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma). Hasta hace poco tiempo, el mayor telescopio en Europa.

Caroline aprovechaba las ausencias de su hermano para realizar sus propias observaciones, que le permitieron descubrir 8 cometas y elaborar  uno de los catálogos de objetos nebulosos más completos en ese momento. Todos estos logros pasaron por un tiempo desapercibidos por culpa de la fama alcanzada por su hermano tras el descubrimiento de Urano. No fue hasta 1835 cuando se reconoció su labor siendo nombrada miembro honorario de la Royal Society (una de las primeras mujeres en conseguirlo) y galardonada con diversos reconocimientos como la medalla de oro de Prusia. Que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer ya lo sabíamos pero es que el papel que jugó Caroline en los descubrimientos de su hermano fue, sin lugar a dudas, crucial.

Nota curiosa:  existe un cráter lunar de unos 35 km de diámetro descubierto en 1935 bautizado en su honor.

El Gran Debate

Todos tenemos una idea de lo que es el universo, ese todo que incluye al mismo tiempo la más absoluta nada. También sabemos (o creemos saber) que el universo se formó en un evento singular que llamamos Big Bang, en el cual se generó toda la materia y energía que observamos en la actualidad. Pero.. ¿cuándo nos dimos cuenta de nuestra posición real en el universo?. Descubrir que nuestra galaxia era una más en un universo con miles de millones de ellas supuso un salto tan importante como desplazar a la Tierra del centro del sistema solar. Esta fue la intención de uno de los debates más célebres en la historia de la astronomía, celebrado el 26 de abril de 1920 y que hoy conocemos como El Gran Debate. Puedo asegurar que resultó mucho más interesante que cualquier debate presidencial…

Harlow Shapley

Uno de los participantes fue el astrónomo norteamericano  Harlow Shapley (a la izquierda), especializado en el estudio de estrellas variables cefeidas. Estas estrellas son conocidas por presentar una relación período-luminosidad conocida que permite utilizarlas para estimar la distancia a la que se encuentran. Shapley buscó este tipo de estrellas en los cúmulos globulares conocidos (espero hablar pronto de ellos) en aquel entonces en la Vía Láctea y asumió que éstos trazaban los límites de nuestra galaxia. En esta distribución, ya perdíamos nuestra posición privilegiada en el centro del universo conocido si bien la Vía Láctea era la única galaxia existente. Para Shapley (y para la mayoría de los astrónomos de la época), si un objeto nebular como Andrómeda era una galaxia independiente, debería encontrarse a la increíble distancia de millones de años luz para aparecer tan diminuta en nuestro cielo. Vaya locura, ¿no?.

Heber Curtis

Por otro lado, Herber Curtis (a la derecha), opinaba que muchos de esos objetos nebulares descubiertos y catalogados durantes décadas eran, en realidad, galaxias similares a la nuestra. El caso más conocido es la gran nebulosa de Andrómeda, donde sólo la limitada capacidad de los telescopios de la época evitaba interpretarla correctamente.

Si bien en el Gran Debate no se llegó a ninguna conclusión firme, supuso uno de los mejores casos de exposición pública, con argumentos teóricos y observacionales, de dos formas de ver el universo. Podemos ver un resumen (en inglés) de lo que allí se habló pinchando aquí.

La solución a esta disputa llegó de la mano del también norteamericano Edwin Hubble que fue capaz de resolver, por primera vez, estrellas en la nebulosa de Andrómeda. La identificación de cefeidas entre estas estrellas permitió situar a Andrómeda a la increíble distancia (en aquella época y ahora) de 300 kiloparsecs, es decir, unos 100000 años luz. El universo se expandía y comenzaba la astronomía extragaláctica. Hoy en día se estima que esta galaxia se encuentra a unos 2.5 millones de años luz. En la imagen vemos el aspecto de Andrómeda en las observaciones de Edwin Hubble en 1923.

Observaciones de Edwin Hubble

¿Hubo ganadores y vencidos? No lo creo. Sin duda ganó la comunidad científica por presenciar un debate basado en observaciones más que en creencias. En cuanto a las distancias y conclusiones alcanzadas durante esta época, debemos recordar que no se sabía de la existencia del gas y polvo interestelares, que modifican notablemente la luz que nos llega desde las estrellas hasta el punto de que los objetos pueden parecer más lejanos o cercanos a su posición real.

Volviendo atrás, resulta curioso que el descubrimiento de objetos nebulares o difusos como los que más tarde se recogerían en el catálogo de Messier, condujo en 1755 a Immanuel Kant a postular no sólo que el universo se restringe a la Vía Láctea sino que esos objetos eran galaxias independientes similares a la nuestra,»universos islas». Aunque sus argumentos eran principalmente filosóficos, los astrónomos sólo necesitaron casi doscientos años para desplazarnos, de una vez por todas, del centro del universo.

Pongamos el plan en marcha

Llevo más de un año pensando en crear un blog en el que pudiera hablar de ciencia e historia.  Curiosamente, me he decidido justo en el momento en el que más debo dedicarme a escribir mi tesis doctoral, así que este espacio me servirá como válvula de escape para olvidar, por un momento, mis queridos (?) cúmulos globulares.

¿De dónde viene el nombre de este blog? Pues está inspirado directamente en una de las peores películas de la historia de la ciencia ficción, aunque todo es discutible. Se trata de «Plan 9 from the outer space»  (IMDB) dirigida por Ed Wood en 1959, todo un despliegue de zombies y platillos volantes aderezados por una generosa ración de gazapos. En esta obra maestra, unos teatrales habitantes del espacio exterior ponen en marcha un plan (ya habrán deducido su nombre) para evitar que los humanos destruyan el universo (todito él) con la bomba de solaronite. Las anécdotas de su rodaje, recogidas en la película Ed Wood de Tim Burton (IMDB), hace que sea uno de mis cutrefilms favoritos. Por cierto, la peli de Burton tiene un comienzo que deberían disfrutar.

Espero que me acompañen en esta pequeña aventura, con la que sólo quiero contribuir a que nos olvidemos por un rato de la condenada «prima de riesgo».  Vamos allá …